La igualdad no debe resumirse a una cuestión de números. Los Juegos Olímpicos de París 2024 se proclaman como los juegos de la igualdad, por tener el mismo número de participantes mujeres y hombres; pero ¿realmente lo son? Aunque el Comité Olímpico Internacional (COI) aboga por la diversidad y la inclusión, varios casos ilustran cómo estas aspiraciones aún no se han materializado plenamente en la práctica.
El COI ha intentado posicionarse a favor de la diversidad Lgbtiq+, incluso incluyendo a una reconocida artista drag como portadora de la antorcha olímpica. Sin embargo, la presencia de atletas trans, que parecía prometedora en los Juegos de Tokio 2020, ha disminuido notablemente. En Tokio, Laurel Hubbard hizo historia al convertirse en la primera mujer trans en competir en unos Juegos Olímpicos. Pese a las críticas y los temores de injusticia, Hubbard no logró alcanzar una posición destacada, demostrando que la participación de mujeres trans no necesariamente desvirtúa la competencia.
El caso de Lia Thomas, nadadora estadounidense, ejemplifica los obstáculos que enfrentan las atletas trans. A pesar de sus éxitos a nivel universitario, Thomas fue objeto de un intenso escrutinio que la dejó fuera del sueño olímpico. La principal diferencia reglamentaria desde Tokio 2020 es que el COI ya no regula la admisibilidad de las atletas trans en la categoría femenina, delegando esta responsabilidad a las federaciones de cada deporte. Esto dio como resultado una diversidad de políticas que varían significativamente entre disciplinas, afectando la capacidad de muchas atletas trans para competir.
La Federación Internacional de Natación, por ejemplo, ha decidido que ninguna mujer trans que haya hecho su transición después de la pubertad puede competir en la categoría femenina, excluyendo así a Thomas. De manera similar, la Federación Internacional de Ciclismo ha adoptado una política que excluye a la mayoría de las mujeres trans. Estas decisiones, basadas en supuestos beneficios físicos no respaldados por evidencia científica suficiente, reflejan una discriminación institucionalizada que contradice los ideales de igualdad proclamados por el COI.
En el ámbito de las mujeres el interrogante hoy paso por la igualdad en el trato hacia las atletas. La nadadora Ana Carolina Vieira fue expulsada de la Villa Olímpica por escaparse con su novio, también atleta del equipo, para tener una cita. Él solo fue sancionado, mientras que ella fue castigada más severamente con la expulsión de los Juegos y el regreso a Brasil. Si bien el Comité Olímpico Brasileño emitió un comunicado describiendo el comportamiento de Vieira como “irrespetuoso y agresivamente desafiante”, la pareja desmiente esta información. Esta diferencia en los castigos pone en duda la proclamada igualdad de los Juegos Olímpicos.
Peticiones
Al mismo tiempo, el comité desoyó las peticiones de tres organizaciones de apoyo a víctimas de abuso sexual para excluir a Steven van de Velde, jugador de beach vóley de Países Bajos, condenado por la violación de una niña de 12 años cuando tenía 19. A Van de Velde, que se aloja fuera de la Villa Olímpica, lo apoya el Comité Olímpico neerlandés.
A nivel local, Argentina enfrenta desafíos significativos en cuanto a la igualdad en el deporte. Estefanía Banini, destacada futbolista, dejó la selección nacional de fútbol después del mundial de Francia 2019 debido a las malas condiciones y se trasladó a España. Este año tres jugadoras del seleccionado argentino hicieron pública su renuncia con fuertes críticas hacia la AFA por las condiciones en las que mantienen al plantel. En Tucumán, las jugadoras de los equipos femeninos de fútbol de Atlético y San Martín deben complementar su vida deportiva con trabajos debido a las condiciones laborales desiguales comparadas con sus contrapartes masculinas.
Argentina logró su primera medalla en los Juegos Olímpicos de ParísPaula Pareto, campeona mundial y medallista olímpica en judo, renunció a su beca junto con su entrenadora debido a recortes presupuestarios en la Secretaría de Deportes, reduciendo significativamente el apoyo financiero. La delegación argentina en París 2024 es la más pequeña en 32 años, y el país ofrece uno de los peores financiamientos a sus atletas olímpicos en la región.
A pesar de las aspiraciones de igualdad y unión, el Comité Olímpico Internacional, los distintos países y sobre todo Argentina, enfrentan desafíos significativos en la implementación de estos ideales. Las desigualdades internas en países como Argentina subrayan la necesidad de una revisión crítica y constante de las políticas y prácticas que rigen el deporte olímpico.